Mark Twain

"Las aventuras de Huckleberry Finn. Resumen "

Huckleberry Finn era un chico de unos catorce años, pero su vida ya estaba llena de dificultades y aventuras.

Creció en un pequeño pueblo al lado del gran río Misisipi, donde todos se conocían. Huck era hijo de un borracho y un matón local, y por eso no tenía ni familia ni casa en el sentido tradicional. Durante algún tiempo, Huck vivía como podía, sin reglas ni responsabilidades, hasta que un día él y Tom Sawyer se involucraron en una historia con un tesoro que encontraron. Ese dinero los hizo famosos en toda la ciudad.

Después de ese evento, la viuda Douglas decidió cuidar a Huck, con la esperanza de "educarlo" y enseñarle buenos modales. Con ella vivía su hermana, la señorita Watson, que era aún más estricta e intentaba hacer que Huck viviera de acuerdo con reglas que él no entendía ni aceptaba. Vivir bajo la supervisión de dos mujeres adultas fue un gran desafío para Huck. Siempre le recordaban cómo debía comportarse, lo obligaban a ir a la escuela y leer libros. Pero todo lo que Huck realmente quería era libertad. Soñaba con volver a su vida, donde podía pasear por los bosques y ríos, explorar nuevos lugares y no tener que preocuparse por levantarse temprano, limpiar la ropa y sentarse en clase.

Un día, Huck descubrió que su padre había vuelto al pueblo. El viejo Finn era un hombre malo, que siempre bebía y solo buscaba una excusa para asustar a Huck. No le importaba su hijo y siempre era grosero con él. Huck sabía que no podía esperar nada bueno de su padre. El padre exigió al juez el dinero que Huck y Tom encontraron en el cofre. Pero el juez se negó, entendiendo que el viejo gastaría todo en alcohol. Enfadado, Finn decidió llevarse a su hijo y lo encerró en una cabaña en el bosque, donde lo mantuvo prisionero para que no pudiera escapar de vuelta con la viuda.


La vida con su padre fue un verdadero infierno. Huck ya no podía ir a la escuela, y aunque no le gustaba estudiar, aún quería aprender a leer y escribir. Su padre, en cambio, bebía todos los días hasta desmayarse, y

Huck tenía que soportar sus arrebatos borrachos y amenazas. El chico sabía que no aguantaría mucho tiempo más y empezó a planear su fuga. Una noche, cuando su padre fue al pueblo, Huck fingió estar muerto, colocandopistas que harían creer a todos que había sido asesinado. Después de eso, robó un bote y bajó por el río Misisipi, esperando que nadie lo encontrara.

Viajar por el río fue como un soplo de aire fresco para Huck. Sentía que finalmente había recuperado su libertad. Por la noche, se escondió en una pequeña isla, donde pudo descansar y pensar en qué hacer a continuación. En la isla, Huck encontró inesperadamente a Jim, el esclavo de la señorita Watson, que también había huido. Jim le contó a Huck que había oído que la señorita Watson planeaba venderlo a los estados del sur, donde nunca volvería a ver a su familia. Decidido a no esperar ese día, Jim huyó con la esperanza de encontrar la libertad.

Al principio, Huck estaba confundido con este encuentro. Le habían enseñado que ayudar a los esclavos fugitivos era un pecado y un crimen, pero su corazón le decía que Jim no era un enemigo, sino un amigo. Así que Huck y Jim decidieron seguir viajando juntos. Construyeron una balsa y comenzaron su largo viaje por el ancho río. Cada día era un nuevo desafío para ellos. A veces se escondían de los cazadores de esclavos fugitivos que navegaban por el río; otras veces, enfrentaban tormentas que amenazaban sus vidas.

Una noche, una fuerte tormenta comenzó en el río y su balsa casi se volcó. El viento silbaba, los árboles se doblaban y el río rugía. Pero Huck y Jim lograron superar el peligro y continuar su camino. Estas dificultades solo los acercaron más, y Huck comenzó a darse cuenta de que Jim no era solo un esclavo, como la sociedad lo veía, sino un ser humano con sueños y sentimientos. Para Huck, Jim se convirtió en un verdadero amigo, con quien podía hablar de todo. Huck empezó a preguntarse cada vez más por qué el mundo era tan injusto.

Viajando más por el río, se encontraron con muchas personas diferentes. Un día, dos hombres extraños subieron a su balsa. Se presentaron como duque y rey. Estos dos eran estafadores y mentirosos, que inventaban diferentes historias para sacar dinero a personas ingenuas. Fingían ser nobles, actuaban en obras de teatro e incluso intentaban casarse con viudas ricas. A Huck y Jim no les gustaba estar con estos tramposos, pero no podían deshacerse de ellos, por miedo a que les causaran problemas.

Los estafadores viajaban con Huck y Jim de puebloen pueblo, inventando nuevos planes para ganar dinero. Crearon un plan diciendo que había un hombre muerto que dejó una herencia e intentaron engañar a la gente para obtener el dinero. Huck sentía repugnancia por lo que hacían, pero aún no sabía cómo cambiar la situación. Pronto, los estafadores hicieron algo aún peor: decidieron vender a Jim como un esclavo fugitivo para recibir una recompensa.

Huck se quedó conmocionado por esa maldad. Sabía que tenía que hacer una elección: o seguía lo que los adultos le habían enseñado, devolver a Jim a sus dueños, o escuchaba su corazón y ayudaba a su amigo. Huck pensó mucho, porque toda su vida había sido influenciada por las reglas de una sociedad que consideraba la esclavitud como algo normal. Pero cuanto más pensaba, más entendía: Jim merecía ser libre como cualquier otra persona. Huck decidió que, si eso significaba ir al infierno, estaba listo para ir. Lo más importante era no traicionar a su amigo.

Huck empezó a elaborar un plan para salvar a Jim. Y fue entonces cuando, de repente, apareció en la historia Tom Sawyer, su viejo amigo. Tom siempre había amado las aventuras complicadas y se unió con entusiasmo a Huck, pensando que rescatar a Jim sería una gran aventura. Juntos empezaron a poner el plan en marcha, y aunque Tom insistía en que todo debía ser complicado y emocionante, Huck sabía que sería más sencillo simplemente liberar a Jim y huir. Sin embargo, para complacer a su amigo, accedió a todos los trucos de Tom.

Empezaron a fingir, a crear planes elaborados y a preparar la fuga. Al final, después de muchos momentos peligrosos y confusos, lograron liberar a Jim. Sin embargo, durante la fuga, Tom resultó herido. Huck encontró el valor para buscar ayuda de los adultos, a pesar del riesgo. Jim, sin dudarlo, se quedó al lado de Tom, cuidando de él, mostrando una increíble lealtad y bondad, incluso cuando pudo haber escapado.

Pero al final todo se resolvió. Resultó que la señorita Watson, antes de morir, había liberado a Jim, así que él ya era un hombre libre. Para Huck, esto fue un gran shock: todos sus esfuerzos parecían innecesarios. Sin embargo, lo más importante fue que Huck finalmente entendió: Jim era un hombre libre, no solo por la ley, sino por naturaleza. Siempre fue libre, a pesar de que el mundo a su alrededor pensara lo contrario.


Cuando todo terminó,Huck recibió otra noticia importante: su padre había muerto. Esto significaba que Huck ya no tenía que temer el

regreso del viejo. Ahora Huck era libre, no solo físicamente, sino también emocionalmente: ya no estaba atado a nadie. La viuda Douglas intentó nuevamente llevar a Huck de vuelta a su casa para continuar su "educación", pero el chico ya sabía que esa vida no era para él. No podía volver a un mundo donde todo estaba gobernado por reglas rígidas y prejuicios.

Huck decidió partir de nuevo. Ahora soñaba con el Oeste, tierras inexploradas donde la civilización aún no había llegado. Quería vivir según sus propias reglas, sin el control constante y la presión de la sociedad.

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